PROYECTO
Bienvenidos a Casa Retiro Alber
Historia de Casa Retiro Alber
La historia de Casa Alber se remonta a comienzos de siglo, cuando las tierras de Castilla eran un zona rica en ganadería y cultivos, entonces llovía más y el cultivo de regadío era la principal fuente de riqueza.
Esto ha ido cambiando con el paso del tiempo, y los cultivos han tenido que cambiar a secano y la comarca se ha ido empobreciendo poco a poco. También en los años 50 la explotación resinera del pinar era fuente importante de riqueza, por algo se le llama a esta zona Tierra de Pinares.
Casa Alber era la casa de labranza de mi familia, la construyeron mis abuelos, y el tradicional desván era el lugar donde se almacenaba el grano, para luego tener alimento para hacer pan y comer durante todo el año. Ese desván es lo que hoy hemos transformado en el albergue de la casa, conservando la estructura y los materiales originales, la madera de las vigas y el adobe de las paredes, el suelo también conserva las tablas que pulieron mis antepasados, todo ello restaurado con el mayor de los cariños, por eso siempre pedidos a nuestros visitantes que cuiden especialmente con esmero esta parte de la casa.
Las maderas proceden de los pinares aledaños, y forman parte del alma viviente de Casa Alber.
La restauración se ha ido haciendo con nuestros propios recursos, a base de mucho esfuerzo y con sumo cuidado para proteger los materiales originales.
Antes de la reforma
Después de la reforma
Por aquellos años la familia cocinaba su propio pan y básicamente su alimentación era de autoabastecimiento, a través del huerto que está alrededor de la casa, también se regaba con el agua del pozo, que ahora nos sirve para seguir cultivando nuestra huerta.
Entonces no había agua corriente, y se abastecían de la fuente que está a pocos metros de la casa. Todos los aperos de labranza, utensilios para hacer el pan, cardar la lana, hacer las conservas para todo el año… las hemos conservado, restaurado y tratado con cariño. Ahora forman parte de la decoración actual de la casa.
También han sido conservadas las estancias dentro del patio, el gallinero y la cuadra, que compartían los animales necesarios para el trabajo, como mulas y machos; o para la subsistencia y alimentación como gallinas, conejos, cerdos y pavos.
La cuadra era una estancia grande de 65 metros cuadrados, convertida en la actual sala de yoga y meditación, donde hemos conservado también su estructura original con el techo de madera, las vigas originales restauradas, y las paredes con la piedra típica de la zona (piedra de Campaspero), todo ello hace de ese espacio un lugar entrañable donde la solemnidad de tantos años de trabajo se han transformado ahora en un templo para el cultivo de la atención, la escucha, el silencio, la meditación, el yoga… con sus mandalas, yantras y banderitas tibetanas, siempre he querido pensar que mis antepasados estarían orgullosos del uso que le damos actualmente a la casa.
Gracias....
Pero nada de esto habría sido posible sin la persona protagonista de esta historia, mi hermano Alberto, él ha sido la fuente de inspiración para convertir la que era su casa en un centro de retiros que acoge a personas de todo el mundo, donde la cercanía, el trato amable, la escucha, el respeto y el silencio son nuestra carta de presentación.
El 28 de noviembre de 2015 nos dejó de forma inesperada, y desde entonces le rendimos homenaje cada día a través de nuestro impulso para convertir Casa Alber en un lugar acogedor, donde descansar y desconectarse del mundo, algo que a él le habría gustado mucho, y seguro ya lo ha conseguido.
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